Siempre he dicho que lo mejor de mi trabajo son, sin duda, los alumnos y las alumnas y estos días de confinamiento me lo han confirmado. En una situación difícil, donde es fácil dejarse llevar por la tristeza, el miedo o el desánimo, todos mis chicos y chicas siguen ahí, cada uno en su casa, trabajando y estudiando, sin que nada, ni siquiera esta pandemia terrible, los detenga.
Y no solo trabajan y hacen todas sus tareas. Esta mañana me ha sorprendido el correo de Daniela Suárez, una de mis alumnas de 1º de Bachillerato, en el que ha querido compartir conmigo lo que está pensando durante esta cuarentena. Es una preciosa, emotiva y delicada carta dedicada a la cuarentena. Os la comparto, con su permiso, para que veáis cuánta razón tengo cuando presumo de tener siempre unos alumnos y alumnas estupendos. Es un texto lleno emoción, de reflexiones y, sobre todo, de optimismo y confianza. Muchas gracias, Daniela, por compartirlo conmigo y por dejar que lo comparta con los demás.
QUERIDA CUARENTENA
Querida cuarentena:
Los mil porqués de no entender la razón de tanto daño sin razón, el que el simple hecho de ver las noticias nos corte el apetito y que nuestros ojos se humedezcan una y otra vez. Que la sonrisa más bonita del día nos la saque una videollamada, ese momento en el que lo único que te preocupa es el poder concienciar a tus abuelos de que no salgan de casa ni para comprar un maldito periódico, porque la simple idea de que sean los siguientes en esta injusta lotería, te mata.
Aunque tenemos mil y una cosas que reprocharte te digo gracias, gracias por abrirnos los ojos y demostrarnos a fuego lo que de verdad importa porque , es triste, pero el ser humano es tan capullo que no reacciona hasta que ve que le va la vida en ello, no reacciona hasta que deja de ver luz al final del túnel y cada vez ve más oscuridad, porque hay cosas que o se aprenden con dolor o no se aprenden.
Así que gracias, gracias por las mil lecciones que nos has dado y por las que nos seguirás dando. Gracias por hacernos ver que no somos nada ni nadie sin estar rodeados de los que realmente importan y gracias por habernos unido tanto. Sí, unido, aunque esto suene a locos y desgraciadamente esto se parezca una Apocalipsis zombie de las que se ven en las películas mientras le agarras la mano al que tienes al lado para sentirte más protegido. Eso es justo lo que estamos haciendo ahora, disfrazándonos día y noche del famoso “quédate en casa”
Si, quédate en casa, con tu familia, con esas personas a las que quieres tanto que ya no sabes ni cómo querer. Quédate en casa leyendo, escribiendo, estudiando, cocinando, jugando con tus hermanos, viendo esas películas o esas series que te hacen valorar lo que realmente tienes.
Piensa, crea, disfruta, valora y aprende a querer lo que realmente merece la pena. Sí, eso mismo que por el simple hecho de pensarlo ahora te está sacando una sonrisa.
Durante todo este tiempo he ordenado mis prioridades hasta un punto que ni yo sabia. Quién nos iba a decir que la sociedad se revalorizaría tanto que ni los más ricos podrían llegar a pagar el inalcanzable precio de un simple abrazo. Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde… y qué razón…
En la vida nos hubiéramos llegado a imaginar que fuéramos a echar de menos el estudiar en la biblioteca, el poder salir a comprar el pan, esas tardes en las que lo único que importa es la persona que tienes delante, y te da igual si estás en el parque, en una terraza o en tu propia casa.
Nunca más vamos a decir que no a planes por pereza, no nos vamos a dejar abrazos por dar, te quieros por decir ni cosas por hacer… porque son los momentos insignificantes los que al fin y al cabo nos mantienen vivos.
Porque en esta cuarentena hemos aprendido que una cosa es estar vivo y otra muy distinta es vivir, así que corre, disfruta de cada momento y de cada persona como si fuera el último, canta hasta quedarte sin voz, escucha música hasta que se te quede el móvil sin batería, no dejes de ver atardeceres, no dejes de bañarte en la piscina con el pelo suelto, no te vayas de ninguna fiesta sin dejar rastro, no dejes que nadie se interponga en tu camino ni que te impida lograr eso por lo que llevas tanto tiempo luchando, no dejes que nadie te ponga ninguna etiqueta… póntela tu, cabeza alta, preséntate y dile AQUÍ ESTOY YO.
Porque este espero que sea un nuevo comienzo de una nueva etapa: EL COMIENZO, así, con mayúsculas. Una nueva etapa de gente libre, de gente feliz y de gente con ganas de comerse el mundo y de disfrutar con las personas a las que amamos y nos aman.
Así que por favor, aprovecha todo este tiempo para convertirte en la persona que siempre has querido llegar a ser
Daniela Suárez Bernal